Tendencias políticas

Cuando Luisana me advirtió que cuando viera a Juan nos íbamos a amar eternamente, no lo creí. Nos saludamos de lejos, como los perros cuando se huelen el culo y siguen de largo. Era un bicho raro al que le gustaba el boxeo, amaba el boxeo. No sé que cosa me gustaba a mí. Pero lo que más me pareció raro era que escuchaba Perales con la poca fuerza de un viejo y me dedicaba canciones al amanecer. Ninguna amorosa, por cierto. Con el tiempo, con la ebriedad con la que nacen las sobrenaturales amistades nos hicimos amigos y las canciones se volvieron amorosas, aunque ya no me las dedicaba.

Un día comenzamos a hablar en un tono más alto de lo que pensábamos. Eramos de tendencias políticas totalmente opuestas.
Él era de las bases más endógenas, más populares, arraigadas a la opresión de "La Jaula de oro" y a llevar los golpes de la vida, del "Cocotero". Yo no, replicaba, yo era más bien todo "chévere" donde todos se erigirían como reyes, donde se viera la belleza, la estirpe, como un "Pavo Real" que creía al mismo tiempo en una igualdad, mi próximo presidente lanzaría un "Agarrénse de las manos".
Cada uno está claro quien queriamos que fuera nuestro próximo presidente juntamos nuestras fuerzas políticas y cantamos: https://www.youtube.com/watch?v=UKmKNxbJMYA
He aquí a nuestros líderes. Juntos.
¡Viva el Puma!
Lo siento, Juan


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