Jugar con La Distancia... (Más larga)
Pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar. Gardel Cuando una película toca todas las aristas de la vida, como si todo fuese una especie de enamoramiento a primera vista, se sabe que gustó. Todo tiende a relacionarse. Cuanto se ve una segunda vez y esas repeticiones de la personalidad se repiten hasta la rutina, es algo más, no sólo un superfluo flechazo. Citando a Montejo, la tierra giró para encontrar-nos. En este caso de La distancia más larga, al cine de vuelta con su espectador. De temática abstracta, aunque sea muy concreta, la relación con su arte es ese tocar todos los asuntos de la realidad con la ficción. En ese camino de vías opuestas, la gente puede sucumbir ante la vida y muerte pero también ante el amor que bordea una y otra vez, infinitos caminos, abstractos en sí mismos. El amor es identidad, eso parece; sólo falta la licencia. Martina la tuvo y la recupera, igual Lucas con su padre. Uno como venezolano con su nacionalidad: En es