Charliepapa se reencuentra a sí misma

El vocalista de la agrupación de rock, Mattía Medina, cuenta su experiencia en el South by Southwest, el festival más importante del género en el mundo y habla del cuatro sencillo del disco "Y/O", "La cima", y del videoclip que lo acompaña

Publicado originalmente en eluniversal.com 31 de mayo de 2016 05:50 AM


Charliepapa nunca se oculta. Cualquier single de la agrupación venezolana abre las puertas a un próximo encuentro con su audiencia, que crea un monopolio en las redes. Ahora pasa con La cima, el cuarto sencillo de su disco Y/O, que vio luz hace casi un año, y cuyo video –que acaba de ser publicado, como el propio nombre del disco, emerge desde la dualidad, dos polos que no crean ruptura, con dos tiempos encontrados: el pasado remoto y el futuro,  quizás incierto.

Este nuevo video, La cima, del habitual creador Adrián Egea, puede que sea representación del lugar donde se encuentra Charliepapa. Como diría su vocalista, Mattía Medina, la canción no se pensó con mirada de retrospección. “Cuando la escribí no estaba pensando en eso, pero el video le quedó perfecto. Porque a pesar del éxito de este álbum, la banda está un poco estancada y mirar hacia atrás nos hace ponernos en un lugar de inicio también. Sobre todo porque en el video aparece un personaje mayor, que es una metáfora mía, del que se supone no se sabe qué sucedió, si sigue siendo exitoso, estrella de rock o padre de familia, pero le gustaba llegar al lugar donde inició todo”. 

Evidentemente, hay una pausa en la banda merideña. Y ello está reflejado en el video. Pero para el también guitarrista Mattía Medina no se trata de algo negativo.

“Ahora es que nos da tiempo de analizarlo todo, porque desde el año 2010 veníamos trabajando muchísimo sin pensar. Ni siquiera disfrutábamos lo que nos estaba pasando. Y este alto nos hace pensar hacia dónde vamos. La cima es algo que se quiere, pero que no necesariamente necesitas; Por ello, encontrarnos de algún modo ahí, mirando, nos hace pensar en qué es lo necesario para nosotros como banda y amigos de toda la vida”

De hecho, la distancia y el tiempo de separación entre sus integrantes fue lo que hizo que su participación en uno de los festivales de música más importantes, el South by Southwest (SXSW), en Austin, Texas, tuviera otro cariz.

“Fue una experiencia que no hubiese sido igual si la banda hubiese continuado. Hubiese sido un show más. Pero esto fue como un reencuentro de amigos que cambió la manera de ver la banda. Sientes un poco más de respeto y eres más consciente de lo que ella representa para ti”. 

Después de año, Y/O sigue teniendo el concepto de los primeros sonidos que lo formaron en 2013: “Esa dualidad de país, de corrientes internas que han regido al mundo. Así como también para esa parte que se queda y que se va de Venezuela, donde hay cierto desentendimiento, lo cual es lamentable porque cada uno tiene sus razones. Ni siquiera tiene que ver con el pensamiento político, porque todo el mundo está muy claro de qué lado está, sino que siempre habrá una subdivisión desde donde sea”.

Ese disco, que según Mattía Charliepapa aún quiere disfrutar por un tiempo con más singles y hasta una edición deluxe para los más devotos, reflejará con la luna la etapa taciturna de la banda que, desde la idea inicial de las contradicciones, arropa a los músicos actualmente “Se nos regresó el discurso: Eso te genera una especie de impotencia porque en el momento en que la banda está captando tanta atención, está prácticamente de manos atadas”.

De allí que cada uno está dando un paso para la internacionalización. “Cayó en un momento muy grave. Sin queja, porque no solo es en la música. Muchos estamos pasando por esto. Solo que hay que darle la vuelta a la tortilla”, dice Medina, quien sabe que se trata de un  proceso lento que va materializándose con La cima y Bengala escuchándose en emisoras de radio mexicanas. Las nominaciones al Grammy son también puertas abiertas que miran hacia el pasado y una gran responsabilidad de hacer algo mejor para el futuro. 

Hasta ahora una plegaria atendida que hace más conexiones,  juntan lo más orgánico de sus guitarras a lo electrónico. “En este disco nos propusimos que cada canción tuviera un remix”, como ya había venido haciendo la banda con Famasloop y Garnica, Masseratti 2lts y ahora con esta versión de La cima de Victor Porfidio & LOSH. “Nos da un vuelco total y con ellos dos nos lleva hacia un más allá”. Habrá a quienes les haga dudar pero “la banda nació como un apéndice del colectivo musical Los Andes Electrónicos, apadrinada por Cayayo Troconis y encabezada por la banda Dios le pague, al que siempre hemos seguido de cerca y nos gusta mucho”. 

Sin embargo, no hay desligue ni mucho menos de aquellas melodías que intentaban sacar canciones de Blur y Oasis. La concordancia de su trayectoria mantiene un sonido latente y tiene un responsable. “Somos muy susceptibles al entorno, a Mérida, nuestro lugar de origen, y nos aprovechamos de ello para proyectarlo en nuestra música y viceversa. Por eso quizá nuestra música es tan honesta”. El sonido de Charliepapa admite dualidades, pero nunca ruptura.Charliepapa nunca se oculta. Cualquier single de la agrupación venezolana abre las puertas a un próximo encuentro con su audiencia, que crea un monopolio en las redes. Ahora pasa con La cima, el cuarto sencillo de su disco Y/O, que vio luz hace casi un año, y cuyo video –que acaba de ser publicado, como el propio nombre del disco, emerge desde la dualidad, dos polos que no crean ruptura, con dos tiempos encontrados: el pasado remoto y el futuro,  quizás incierto.

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Este nuevo video, La cima, del habitual creador Adrián Egea, puede que sea representación del lugar donde se encuentra Charliepapa. Como diría su vocalista, Mattía Medina, la canción no se pensó con mirada de retrospección. “Cuando la escribí no estaba pensando en eso, pero el video le quedó perfecto. Porque a pesar del éxito de este álbum, la banda está un poco estancada y mirar hacia atrás nos hace ponernos en un lugar de inicio también. Sobre todo porque en el video aparece un personaje mayor, que es una metáfora mía, del que se supone no se sabe qué sucedió, si sigue siendo exitoso, estrella de rock o padre de familia, pero le gustaba llegar al lugar donde inició todo”. 

Evidentemente, hay una pausa en la banda merideña. Y ello está reflejado en el video. Pero para el también guitarrista Mattía Medina no se trata de algo negativo.

“Ahora es que nos da tiempo de analizarlo todo, porque desde el año 2010 veníamos trabajando muchísimo sin pensar. Ni siquiera disfrutábamos lo que nos estaba pasando. Y este alto nos hace pensar hacia dónde vamos. La cima es algo que se quiere, pero que no necesariamente necesitas; Por ello, encontrarnos de algún modo ahí, mirando, nos hace pensar en qué es lo necesario para nosotros como banda y amigos de toda la vida”

De hecho, la distancia y el tiempo de separación entre sus integrantes fue lo que hizo que su participación en uno de los festivales de música más importantes, el South by Southwest (SXSW), en Austin, Texas, tuviera otro cariz.

“Fue una experiencia que no hubiese sido igual si la banda hubiese continuado. Hubiese sido un show más. Pero esto fue como un reencuentro de amigos que cambió la manera de ver la banda. Sientes un poco más de respeto y eres más consciente de lo que ella representa para ti”. 

Después de año, Y/O sigue teniendo el concepto de los primeros sonidos que lo formaron en 2013: “Esa dualidad de país, de corrientes internas que han regido al mundo. Así como también para esa parte que se queda y que se va de Venezuela, donde hay cierto desentendimiento, lo cual es lamentable porque cada uno tiene sus razones. Ni siquiera tiene que ver con el pensamiento político, porque todo el mundo está muy claro de qué lado está, sino que siempre habrá una subdivisión desde donde sea”.

Ese disco, que según Mattía Charliepapa aún quiere disfrutar por un tiempo con más singles y hasta una edición deluxe para los más devotos, reflejará con la luna la etapa taciturna de la banda que, desde la idea inicial de las contradicciones, arropa a los músicos actualmente “Se nos regresó el discurso: Eso te genera una especie de impotencia porque en el momento en que la banda está captando tanta atención, está prácticamente de manos atadas”.

De allí que cada uno está dando un paso para la internacionalización. “Cayó en un momento muy grave. Sin queja, porque no solo es en la música. Muchos estamos pasando por esto. Solo que hay que darle la vuelta a la tortilla”, dice Medina, quien sabe que se trata de un  proceso lento que va materializándose con La cima y Bengala escuchándose en emisoras de radio mexicanas. Las nominaciones al Grammy son también puertas abiertas que miran hacia el pasado y una gran responsabilidad de hacer algo mejor para el futuro. 

Hasta ahora una plegaria atendida que hace más conexiones,  juntan lo más orgánico de sus guitarras a lo electrónico. “En este disco nos propusimos que cada canción tuviera un remix”, como ya había venido haciendo la banda con Famasloop y Garnica, Masseratti 2lts y ahora con esta versión de La cima de Victor Porfidio & LOSH. “Nos da un vuelco total y con ellos dos nos lleva hacia un más allá”. Habrá a quienes les haga dudar pero “la banda nació como un apéndice del colectivo musical Los Andes Electrónicos, apadrinada por Cayayo Troconis y encabezada por la banda Dios le pague, al que siempre hemos seguido de cerca y nos gusta mucho”. 

Sin embargo, no hay desligue ni mucho menos de aquellas melodías que intentaban sacar canciones de Blur y Oasis. La concordancia de su trayectoria mantiene un sonido latente y tiene un responsable. “Somos muy susceptibles al entorno, a Mérida, nuestro lugar de origen, y nos aprovechamos de ello para proyectarlo en nuestra música y viceversa. Por eso quizá nuestra música es tan honesta”. El sonido de Charliepapa admite dualidades, pero nunca ruptura.

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