Lo paradójico del futuro

Suele ser recurrente que en las fantasías distópicas, los intercambios viscerales-cables entre humano-máquina y, en el caso de Wall.e, no es la excepción.

Como puede verse en el filme de Disney, la evolución tecnológica desarrolló en la experiencia humana la supresión de los sentimientos, la capacidad de interacción  fuera del canal de la nueva tecnología. El celular no se ha vuelto un utensilio sino un apéndice corpóreo que dañó la experiencia de interactuar "por medio de".

Así, la película toma una crítica desde dos vías: la primera, la necesidad de adquirir nuevas herramientas para "dar" la noción de conectividad -y no comunicación- con el otro y, por otro lado, activar la necesidad de devorar y comprar exclusivamente lo nuevo. En primera instancia, la comunicación se hace pero sin emoción.

En ese sentido, el quiebre de la película con relación a la crítica de los humanos empieza con entender al otro desde lo tecnológico, es Wall.e a través de su relación con Eva quien devuelve la necesidad de comunicación próxima. Paradójico que los sentimientos en el futuro nos enseñen a como comportarnos. Apreciación que difiere con nuestros comportamientos, cada vez más somos más autómatas, he allí la moraleja. 

Hemos aprendido a convivir con una naturaleza artificial, haciendo olvidar lo presencial, lo que es renovable.


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