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Banquete de Zamuros

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A luz, porque ella también es coqueta Aquella noche no iba a ser como las otras noches monótonas. Esta vez acostarse mas temprano era necesario, la comida no abundaba en ninguno de los lados y en el lugar de costumbre otros le habían arrebatado su comida, así que con el estómago vacío volvió a su esquina (que también era de costumbre), hedionda a meaos, quizá mejor así, era una calefacción natural, pero a fin de cuentas era su esquina, algo en este mundo le pertenecía por ley de la naturaleza. Antes de cerrar los ojos para apresurar la mañana pasó por donde algunos colegas, -allá viene "el picaflor"- gritaron, era tuerto y si lo veías desde un ángulo específico parecía seductor, por eso el apodo. Algunos auparon su llegada, otros, con cerveza en mano iban alejándolo, no era solo su ojo, era también su olor, ése, de calefacción; estaba entre amigos, compañeros y uno que otro allegado, nuevos ebrios que se acercaron de otros lados, pues ese día las licorerías cerraron a la

Incorregible

A pepi Alguna vez estuve enamorado, fue hace mucho tiempo y las cosas son fáciles de olvidar. La primera vez que te vi andaba vestido con unos jeans rotos y tu viste mi cara mas sonriente, la de mis boxers. "Pensé que al llegar a este sitio me saludarían de otra forma pero esta es la mas partícular" fue lo que me dijiste. Nunca pensé que desde allí te amaría querida D., venías a la mente cada vez que me acercaba a la ropa sucia, cuando mis boxers no podían apestar más, tu y yo apestábamos, por eso te recuerdo, tratábamos que el mundo oliera a naftalina y no se acercaran las polillas, ambos teníamos corazón de madera, nos incendiamos una vez y la madera no se volvió a hacer, coño, prefería que nos comieran las polillas, así hubiera durado más. Todo a partir de allí, fue más rápido. Quedan cicatrices imborrables, en serio, una en el codo y una en la frente. Todavía me acuerdo cuando dormía en tus piernas, luego cuando no despertaba me hacías una llave maestra, no desperté

Fútbol a los coñazos...

"Demasiada camiseta y cada vez menos gambeta" Andrés Calamaro Jesús Cova , periodista deportivo, teorizó sobre el boxeo en una de las peores y más aburridas peleas que según él, ha habido. Una de Kid Pambelé ; Esta afirmación casi filosófica del boxeo se puede extrapolar al presente mundial de fútbol, es decir, porque este mundial ha sabido una soberana ladilla , evocadora de las continuas llamadas a la línea de Morfeo, quizás hasta de Chávez para que ponga cadena y nos entretenga más o que hable menos "paja" que Cristóbal Guerra. Según Cova , todo deporte o en este caso estos dos se han vuelto tediosos y monótonos por su "incompatibilidad de estilos", en este torneo de fútbol uno intenta defenderse y otro atacarse pero el que ataca nunca concreta, no es efectivo. Si fuera boxeador lanzaría golpes al aire, a ver cual llega al cuerpo del adversario, que se cubre desde el primer instante. A excepción de pocos países (Alemania, Japón , ambas Coreas) que h

El Suicidio - Wolfdietrich Schnurre*

*este cuento no es mio es de un escritor alemán Una vez quise suicidarme; sucedió así: el guardabosque tenía una nueva empleada que se llamaba Hanni. Yo no sé si Hanni era bella; para mí era tan bella que temblaba cuando la veía. Siempre me extrañaba que le pudieran gritar como lo hacía la señora del guardabosque, y en general, que la pudieran tener confinada a la cocina, siendo tan delicada. Hasta ese momento nunca había hablado con Hanni; ella siempre estaba ocupada. Además, tampoco hubiera sabido qué decirle; yo sólo tenía nueve años. En la casa del guardabosque también había un garzón sol­dado manso. Es decir, no era manso, sólo que tenía un ala que­brada; de día andaba por el patio, y de noche dormía delante del gallinero. Todos le teníamos miedo, porque siempre quería sacarle a uno un ojo cuando uno se le acercaba. El guardabosque era el único que no le temía al garzón. Hanni tampoco tenía por qué temerle, pero sí le temía, a pesar de que ella era la única a quien el g